En tiempos como los que vivimos actualmente los pacientes diabéticos y sus padres tienen múltiples preguntas y preocupaciones en relación a como actuar ante una enfermedad aguda como un cuadro viral por ejemplo. En primer lugar es importante tener en cuenta que los pacientes pediátricos diabéticos tipo 1 con buen control metabólico no deben tener mas enfermedades o infecciones que otro niño, sin embargo las enfermedades “rutinarias” de la niñez si pueden ser mas retadoras y aumentan el riesgo de cetoacidosis.
Algunas enfermedades, especialmente las que se asocian con fiebre se asocian más frecuentemente a hiperglicemia por aumento en la secreción de hormonas contra reguladoras (cortisol, adrenalina, noradrenalina), en contraste las gastrointestinales que se asocian con vómito o diarrea que pueden tener hipoglicemia, sobre todo si se asocian a bajo apetito.
Es así que durante cualquier enfermedad inter recurrente es muy importante que el paciente siga las recomendaciones:
· Realizar monitoreo frecuente de la glucosa
· Monitoreo de cetonas en caso de hiperglicemia persistente
· No se debe parar nunca la administración de insulina y se debe realizar ajustes de la dosis de acuerdo a la severidad de la enfermedad y el control glucométrico
· Se debe monitorizar y mantener el estado de hidratación del niño
· Y finalmente dar tratamiento específico para la enfermedad asociada
Pero y cuando se debe asistir a urgencias?
· Cuando la causa subyacente no es clara, fiebre persiste o cuidadores no se sienten capaces de manejarlo
· Pérdida de peso o signos de deshidratación
· Vómito persistente con duración mayor a 2 horas
· incapacidad para mantener glucosa mayor a 70 mg/dl
· Hiperglicemia persistente a pesar de dosis extra de insulina
· Aliento frutas: acetona
· Cetonas por encima de 1.5 mmol/l
· Cambios estado de conciencia, respiración rápida o dolor abdominal severo
· Niños menores de 5 años
Por último hay que recordar que lo más importante es que entre mejor controlado un niño diabético esté, menor riesgo de descompensación y complicaciones, por lo que debemos trabajar día día en un control glucométrico adecuado, manteniendo las metas de control glucémico y hemoglobina glicosilada.
Dra. Catalina Forero Ronderos
Médico Cirujano especialista en Pediatría de la Pontificia Universid ad Javeriana. Especializada en Endocrinología Pediátrica en la Universidad Autónoma de México DF, México.
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