La Diabetes Mellitus (DM) insulino dependiente o tipo 1, es la forma más frecuente de presentación en la infancia. Por lo general son niños normales con una vida familiar y escolar como cualquier otro niño sin DM, por lo cual se hace necesario ajustar el tratamiento a su ritmo normal de vida. El tratamiento de la DM se encuentra dividido en dos partes, la parte farmacológica y la no farmacológica; la primera hace referencia a la insulina que es el medicamento esencial para la vida que mantiene los niveles de glucosa en sangre dentro de lo normal, mientras que el manejo no farmacológico se refiere a los ajustes en el estilo de vida que se deben tener en cuenta como son la parte nutricional, los hábitos alimentarios y la actividad física. A esta última es a la que nos vamos a enfocar en el presente articulo, aunque todos los aspectos son importantes en el control de la DM ya que en conjunto nos llevaran a una vida lo más normal posible.
El ejercicio físico se considera uno de los pilares básicos en el manejo del niño diabético. El ejercicio físico practicado de forma regular, así como la participación activa en deportes organizados ha demostrado implicación positiva en bienestar físico y psicosocial del niño diabético. 1,2
La DM tipo 1 se caracteriza por una destrucción autoinmune de las células beta del páncreas (el cuerpo destruye erróneamente las células que producen la insulina). Las funciones de la insulina en el cuerpo son la estimulación de la toma de glucosa por parte de las células del cuerpo, disminuye la producción de ácidos grasos y facilita la síntesis de proteínas entre otros.3 Así que la enfermedad se caracteriza por niveles de glucosa en sangre (glicemia) elevados ya que no hay insulina para su utilización; esta elevación de la glicemia es la causante de los síntomas predominantes de la enfermedad como son la sed, el aumento en la orina y la perdida de peso.
En personas sin DM, las concentraciones de insulina en sangre se reducen durante el ejercicio, debido a que la secreción de insulina del páncreas esta disminuida; ya que el músculo utiliza la glucosa durante la actividad porque aumenta la sensibilidad a la insulina disminuyendo así la glicemia. Por lo tanto en personas con DM disminuyen los requerimientos de insulina cuando se realiza una actividad física. Esta disminución de la dosis de insulina es necesaria para evitar la hipoglicemia.3
Existen muchos beneficios del ejercicio para los pacientes con DM tipo 1, uno de ellos es la disminución de colesterol sanguíneo, sobretodo el colesterol de baja densidad (LDL), lo cual protege de complicaciones cardiovasculares en el futuro. También mejora la capacidad cardiorespiratoria y aumenta la fuerza muscular. Otro efecto es la disminución de la hemoglobina glucosilada (HbA1c).5, 6
Así como el ejercicio tiene efectos benéficos para los pacientes con DM tipo 1 y 2, también se deben tener en cuenta los riesgos del ejercicio físico, el más frecuente es la hipoglicemia, ya que como habíamos mencionado antes, existe un aumento en la sensibilidad a la acción de la insulina. Se deben tener presentes los síntomas de hipoglicemia como son sudoración, palpitaciones, temblor, hambre, incoordinación, dificultad para hablar, nauseas, dolor de cabeza y somnolencia. Se debe prevenir en lo posible la hipoglicemia porque puede llevar a convulsiones y deterioro de conciencia progresivo, que en caso de no tratarse oportunamente puede representar un riesgo para la vida del paciente.
Es necesario tener en cuenta el tipo de ejercicio que se realiza ya que se recomienda una actividad aeróbica (correr, bicicleta, natación, básquetbol, fútbol, etc.) preferiblemente en compañía y supervisado por alguien que conozca la enfermedad del niño. No se recomiendan deportes extremos como son surfing, cross, pilotaje, buceo, paracaidismo, ya que en caso de presentar una hipoglicemia pueden comprometer la vida del paciente. Tampoco se recomienda la práctica prolongada de los deportes de fuerza porque podría aumentar la tensión arterial de forma permanente lesionando los vasos sanguíneos de los ojos y los riñones.
Es muy importante el control de la glicemia antes, durante y después de la actividad física. Si la glucometría es menor a 90mg/dl se requiere un consumo extra de carbohidratos antes del ejercicio. Si la glucometría esta entre 90-200mg/dl se puede hacer la actividad sin restricción. Mientras que si está mayor a 200mg/dl se debe retrasar el ejercicio, y medir cetonas en orina; si estas son negativas se puede realizar el ejercicio y si son positivas se debe tratar la hiperglicemia (hidratación, insulina) y retrasar el ejercicio hasta que sean negativas. Se recomienda por lo general, administrar una cantidad extra de carbohidratos (15-25gr) antes del ejercicio a menos que la glucometría este elevada.3 Con posterioridad al ejercicio se debe estar controlando la glucometría estrictamente ya que es posible que se presente la hipoglicemia retardada que puede ocurrir entre 4-48 horas después del ejercicio, sobretodo es importante realizar un control durante la noche.
Respecto a las dosis de insulina y el momento de la aplicación se debe tener en cuenta que para una actividad breve de moderada intensidad se recomienda una reducción del 50% de la dosis pre-ejercicio. Si se prepara para una actividad prolongada (más de 90 min.) se puede reducir la dosis hasta un 70-80%. Además se debe calcular que el pico de actividad de la insulina no sea durante el ejercicio. También es necesario tener en cuenta que no se debe aplicar la insulina en el área corporal que se vaya a ejercitar ya que la actividad muscular aumenta su absorción. Todo esto se recomienda para evitar la hipoglicemia o la hiperglicemia, aunque en niños pequeños muchas veces no se puede programar la actividad física, por lo tanto se debe estar monitorizando con glucometrías durante la actividad. Es difícil calcular la dosis exacta de insulina, pues si es una dosis alta de insulina se puede inhibir la liberación de ácidos grasos desde las reservas de grasa, mientras que si es una dosis insuficiente permite una excesiva movilización de los ácidos grasos produciendo cuerpos cetónicos llevando a una cetosis diabética.3
En conclusión el ejercicio físico es una actividad recomendable para pacientes con DM tipo 1 ya que trae muchos beneficios para el control de la enfermedad así como para su bienestar físico y psicosocial. Sin embargo en estos niños se deben tener en cuenta ciertas recomendaciones para prevenir la presentación de hipo o hiperglicemia como son comenzar el ejercicio 1-2 horas después de una comida, tomar una cantidad extra de carbohidratos durante el ejercicio prolongado (cada 30 min.) y después de ejercicios intensos, evitar el ejercicio durante la mayor actividad de la insulina, no aplicar la insulina en áreas que se vayan a ejercitar, disminuir la dosis de insulina, no hacer ejercicio en caso de hiperglicemia o cetosis, controlar la glicemia antes, durante y después del ejercicio.
Si tenemos en cuenta todos estos aspectos el ejercicio puede ser un beneficio importante el la vida del niño diabético.
Dra. Paola Durán Ventura
Médico Cirujano de la Pontificia Universidad Javeriana. Especializada en Pediatría en la Universidad de Miami Jackson Memorial Hospital. Especializada en Endocrinología Pediátrica en la Universidad de Miami y en la Universidad de Berna Suiza.
BIBLIOGRAFIA
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2. Franzese, A; Valerio, G; Spagnuolo, M. Management of diabetes in childhood: are children small adults?. Clinical nutrition. 2004. 23,293-305
3. Farrel, P. Diabetes, ejercicio y deportes de competencia. Sports Science Exchange 90. Vol 16 (2003) Numero 3
4. Suskind, RM; Blecker, U; Udall, JN. Recent advances in the treatment of childhood obesity. Pediatric diabetes, 2000: I: 23-33
5. Mosher, P; Nash, M; Perry,A. Aerobic circuit exercise training: Effect on adolescents with well-controlled insulin-dependent diabetes mellitus. Archives physical medicine rehabilitation. Vol 79, June 1998
6. Raile, K; Kapellen, T; Sceweiger, A. Physical activity and competitive sports in children and adolescents with type 1 diabetes. Diabetes care, vol. 22, number 11, nov 1999
7. DeStefano, R; Caprio, S; Fahey, J. Changes in body composition after a 12wk aerobic exercise program in obese boys. Pediatric diabetes, 2000: I: 61-65
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