Cuando a un niño o adolescente se le diagnostica diabetes tipo 1 una gran cantidad de incertidumbres y preguntas vienen a la mente y a la cabeza de los padres y de los pacientes: Qué pasará con la comida? ¿con mis actividades diarias? ¿el colegio? ¿Los amigos?
Son situaciones nuevas que implican adaptaciones en casa, en el colegio y con los compañeros. Para lograr que puedan suceder de la mejor manera posible es fundamental conocer la enfermedad y el manejo que se recibe, y es así como la educación da medios para poder adaptarse mejor a las circunstancias nuevas.
Los niños son curiosos, preguntan y en ocasiones no miden las consecuencias de sus comentarios, por tanto, los pacientes no deberían sentirse mal por ellos, y si esto llegara a suceder, los pacientes y las familias deben estar preparados a responder de forma sencilla pero precisa a las preguntas y comentarios del entorno social.
El niño y adolescente debe decidir a quién de sus pares le quiere contar sobre su diagnóstico, siempre un adulto responsable debe conocer sobre síntomas y acciones básicas en hipoglicemia, primeras atenciones y números de contacto en caso de emergencia.
El apoyo familiar, del colegio y de los adultos presentes en los medios donde se lleve a cabo la cotidianidad de los niños y adolescentes son fundamentales para contener situaciones no siempre fáciles de la enfermedad. Y, como se mencionó más arriba, la información es importante, no olvidar que ésta debe ser idónea y provenir de la fuente del grupo tratante, y los padres. Con empoderamiento sobre la diabetes y una adecuada red de apoyo la vida con los amigos transcurrirá de la mejor manera haciendo posible divertirse y compartir.
Dra. Camila Céspedes Salazar
Médico Cirujano especializada en Pediatría de la Pontificia Universidad Javeriana. Especializada en Endocrinología Pediátrica en la Universidad Claude Bernard de Lyon, Francia.
Comments